Las fotografías que se usaron de modelo para estos trabajos son en blanco y negro. Después de ampliar la escala de la foto en un dibujo a lápiz minucioso con las formas de los vacíos, las formas de las luces y las sombras y los detalles más importantes, es el momento de decidir sobre los colores de la obra. En una serie de dibujos iguales al original pero más pequeños, se harán las pruebas de color que permitirán tomar las decisiones al respecto.
El alumno eligió un color para comenzar, por ejemplo el color del fondo, y con la ayuda del profesor buscó todas las variantes y posibilidades de colores que podía armonizar con ese fondo.
Una vez conseguido un número importante de variantes, se analizan los resultados entre toda la clase, y en la mayoría de los casos se efectúa una votación para decidir cuáles son las combinaciones o armonías favoritas. No siempre el alumno está de acuerdo con la mayoría, y por supuesto es el autor el que tiene la última palabra, pero la discusión, las opiniones, el observar y el decidir forman parte del aprendizaje no sólo del autor del trabajo, sino de toda la clase.
El segundo paso es transformar todas las tonalidades de grises en los distintos tonos de color, respetar los contrastes, y en algunos casos también las texturas.
Éstos son los primeros ejercicios en color y con pincel y pintura de nuestro programa, a veces compartiendo este lugar con experiencias con lápices de colores y acuarelas.
La pintura usada, el gouache o témpera y el soporte elegido (papel) tienen también la intención de demostrar que no hace falta una gran parafernalia para pintar. La mayoría de estos trabajos fueron realizados con cuatro tubos de pintura, algunos con seis.
El alumno descubre que sólo con los tres colores primarios y el color blanco, puede conseguir una gama infinita de colores y matices.
Los primeros pasos para descubrir la “cocina” del color.